Para César Eugenio, la NASA es una escuela permanente de investigación, trabajo en equipo y multiplicidad de tareas todas orientadas a diferentes objetivos pero relacionadas con su misión principal: Mantener la supremacía en la carrera espacial frente a, cada vez, nuevos competidores (Rusia, China, Francia, etc.). Por ello, la NASA, desde el programa Apolo, ha enfrentado, además de la competencia de otras naciones, recortes en costos y una radical restructuración de su ambiente operacional debido, entre otras razones, a la emergencia de la comercialización del espacio lo que ha forzado a la Administración Espacial a cambiar su forma de pensar y operar. Como la palabra de moda, vive en permanente reinvención. Esta se refleja en que la NASA no solo suministra tecnologías clave a la sociedad como sistemas de filtración de agua, búsqueda y rescate con base en el uso de satélites, sistemas de protección de rayos ultravioleta sino que ha cambiado su modelo de negocios y pasado de ser un sistema cerrado, jerárquico a una organización abierta que promueve la innovación, agilidad y colaboración. De ahí la importancia del cargo de nuestro compatriota Marín. Lo más importante es que esta reinvención no es manejada por un líder solitario sino por una multitud alrededor de la organización que empuja iniciativas que suavemente crean el cambio.
La urgencia de atender la comercialización del espacio va de la mano con un acelerado desarrollo tecnológico. Esto significa que, al igual que las empresas y personas de diferentes actividades, la tecnología necesaria para mantener el éxito en sus actividades no puede ser desarrollada por una sola organización. A la NASA le ha tocado ser más observadora de su entorno y a trabajar en red para desarrollar y adquirir la tecnología que necesita. Esto, al mismo tiempo, es un reconocimiento de que la industria espacial es más global, multifacética. Más de tres cuartos de los 350 billones de dólares de los ingresos de la industria espacial global son manejados por productos comerciales, servicios de infraestructura e industria de soporte. Sostener tanto para la NASA como para los Estados Unidos el liderazgo espacial exige una nueva forma de organización y competitividad. Entre 1993 y 2006 el proyecto de la Estación Espacial Internacional fue dirigido desde la Casa Blanca para colaborar con otros países en su diseño y construcción. Las agencias participantes fueron la Agencia Espacial Europea, la Agencia de Exploración Espacial de Japón, la Agencia Espacial Canadiense y Roscosmos, de Rusia. Gran golpe para el liderazgo norteamericano comprobar que de aquí en adelante el modelo en red se imponía y no la acción individual. Lo mismo que se aprende ahora con la pandemia. Los contertulios expresaron sus inquietudes sobre los “misterios” que siempre han acompañado la realidad espacial. ¿Hay vida en otros planetas? Hay ciertas señales, según Marín, pero no suficientes para afirmarlo. ¿El turismo espacial cuando se hará realidad? Ellon Musk parece estar cerca, argumenta César Eugenio Marín. Lo cierto es que desde el espacio se mira el planeta tierra con mucha claridad y de acuerdo con los intereses de los países y de los organismos gubernamentales según sus especialidades. Desde arriba parece verse el planeta más claramente que en el propio escenario.
Muy interesante resultó esta tertulia y siendo legos en estos temas no dejó de sorprendernos el cúmulo de conocimiento que se obtiene de un programa espacial y que ojalá se aproveche para el bien de nuestra sociedad terrenal.