Precisamente, el expositor inició la conferencia con asociaciones libres, (como en Psicoanálisis), que calificó como “autopsia psiquiátrico-analítica” de reminiscencias personales de vida y muerte, de sí mismo y de sus madre y padre. La primera sufrió distintos cánceres por 15 años, que El doctor Liévano sirvió como primer asistente de cirugía. En esos momentos y hasta su muerte, la cercanía afectiva entre los dos fue muy intensa. Su padre sufrió un accidente en casa quedando “como un vegetal”. Cada hijo se despidió de él, falleciendo luego de desconectarle múltiples aparatos inútiles, que solo prolongaban su penuria. El Dr. Liévano y un patólogo le hicieron la autopsia. Su propia experiencia provino de una angioplastia que lo llevó, como él lo anotó, a la antesala de la muerte. Finalmente, logró con fortaleza y determinación superar esta crisis. Esta propias experiencias fueron seguidamente relacionadas por el expositor con sus recomendaciones para confrontar la crisis de la pandemia actual y reiteró que cada cual, en particular padres, madres, abuelos, debe mostrar su fortaleza espiritual, siempre con la verdad y la realidad, con cordura y calma, sin entrar en pánico, histeria, o en expectativas fatalistas, sin hacer eco de las alarmistas noticias de la TV , Radio, etc. ,proveyendo, en su lugar, palabras de aliento positivas enfatizando que las familias unidas, siguiendo los protocolos requeridos, podrán salir avante !!!. Tal como lo dice la Medicina Francesa: “una onza de prevención, vale más que una tonelada de cura.” El prodigar afecto, las guías parentales y el soporte impartido, apalancado por el buen ejemplo de identificación y la disciplina benevolente, pero asertiva- y si necesario firme, son medidas necesarias Un tanto similar a lo que el analista provee a sus pacientes.
Las crisis y epidemias, a través de los siglos, (la lepra, diluvios, terremotos, guerras mundiales, viruela, peste bubónica, Ébola, el Sida y los virus, etc.), seguirán ad-infinitum. Eventualmente, algunas pandemias se convierten en endemias. Sin embargo, como dijo Albert Einstein, “la mente es como un paraguas, solo funciona si lo mantenemos abierto.” Y respecto a las crisis magistralmente indicó: “La crisis es la mejor bendición que pueda suceder a personas y países porque la creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche. De las crisis nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera así mismo, sin quedar superado. La verdadera crisis es la de la incompetencia. Sin crisis no hay desafíos, la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en las crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis, todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro, acabemos de una vez por todas con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla. “Querer es poder” dice un proverbio muy sabio.
El “Criterio De La Salud Mental” de William Menninger, famoso analista de USA, sugiere:
• Tener la habilidad de lidiar constructivamente con la realidad.
• Tener la capacidad de adaptarse a todo cambio.
• Tener una relativa libertad de síntomas que son producidos por tensiones y ansiedades.
• Tener la capacidad de sentir más satisfacción en dar que en recibir.
• Tener la capacidad de relacionarse a otras personas en una forma consistente, con mutua satisfacción y ayuda.
• Y por último, sin duda la más importante, agrego: Tener la capacidad de amar. (A otros y a sí mismo.)
En la cuarentena actual, debemos en lo posible, tener buena nutrición, hacer ejercicio físicos y mentales, sublimar los instintos libidinales y agresivos, es decir, nuestros deseos e impulsos, en actividades socialmente apropiadas, constructivas y recreativas, como cantar, leer, escribir, dibujar, estudiar, hacer crucigramas, jugar ajedrez u otros juegos de mesa, resolver rompecabezas, etc. En vez de, solo dormir, o lo que es peor, vegetar, drogarse o emborracharse, discutir, pelear, insultar o llegar a la violencia doméstica, cuyas más frecuentes víctimas son los niños-niñas, las esposas y los adultos mayores. Hacer el amor más a menudo con la pareja, es deseable, usando medidas profilácticas, ya que no es el tiempo apropiado para un embarazo.